Vol. 12 Núm. 1 (2025). Dossier: Insurgencias Crip, Animales y Posthumanas: Tramas desde la Anti-normalidad
Este dossier se propone mapear los enredos entre estudios críticos animales, posthumanismos, teoría crip y estudios críticos de la discapacidad, más específicamente, los modos en que se intersectan las opresiones que afectan a los animales no-humanos y a los animales humanos psico-diversos, neurodivergentes, crip, tullidos, lisiados y discapacitados.
Recientemente, la teoría crip y sus críticas al dispositivo capacitista como vector de opresión han incentivado una incipiente reflexión sobre la animalidad y su articulación con la lógica humanista. Por un lado, dichos estudios se han centrado en la forma en que las personas discapacitadas se encuentran oprimidas por discursos, tecnologías de poder y fuerzas institucionales capacitistas. Esto ha implicado que hayan sido consideradas a menudo como no plenamente humanas, como “animales con rostro humano” o como una curiosidad patológica (Gabbard, 2015). Además, al privilegiar a los seres humanos calificados como “normales”, el capacitismo arroja a situaciones de precarización a quienes no responden a los parámetros de normalidad corporal, lo cual no sólo incluye a los seres humanos crip, sino que además afecta a las subjetividades disidentes sexo-genéricas, a las personas racializadas, y, en general, a las existencias calificadas como anormales, primitivas y/o salvajes.
Esto se debe a que la modernidad colonial construyó un ideal de cuerpo normal y sano con base en una humanidad blanca, masculina, cisgénera y productiva, mientras aquellas existencias que no corresponden a este ideal son consideradas inferiores, - ya sea animalizadas, menos que humanas o sub-humanas. Las mujeres cisgénero, los locos, los otros animales, las personas racializadas, las existencias trans, no-binarias y queer, comparten este destino de exclusión, encarcelamiento, opresión e instrumentalización sistemática. Por lo tanto, urge que los antiespecismos reflexionen sobre los modos en que el especismo, el humanismo, el cuerdismo[1] y el capacitismo se refuerzan entre sí. Esto se debe a que el humanismo no opera de forma aislada, sino que depende de una serie de brazos articuladores de normatividad y normalidad, entre los cuales el especismo juega un rol central, reforzando y siendo reforzado por el capacitismo, el cuerdismo y otras estructuras opresivas que perpetúan jerarquías entre lo verdaderamente o plenamente humano y lo no humano.
Cabe resaltar también que además de sus efectos sobre los cuerpos humanos disidentes, el capacitismo opera también como un dispositivo que estructura la forma en que los animales no humanos son percibidos, tratados y explotados. Según Sunaura Taylor, las narrativas capacitistas proyectadas sobre los animales no humanos les asignan un doble rol: como víctimas de la compasión o como figuras inspiradoras que “superan” las adversidades, ambas perspectivas los despojan de agencia y reforzan su instrumentalización en sistemas especistas (Taylor, 2020). Por ejemplo, las condiciones extremas de explotación en la agricultura industrial no sólo los discapacitan físicamente, sino que además justifican su eliminación bajo lógicas de eficiencia productiva, encapsulando la intersección entre capacitismo y neoliberalismo. De forma similar, las relaciones capacitistas-humanistas desvalorizan las capacidades y existencias animales que no se alinean con los estándares antropocéntricos de racionalidad o utilidad, construyendo una jerarquía moral donde la dependencia y la vulnerabilidad son vistas como defectos inherentes (Greiner, Godoy y Mello, 2020). Esta dinámica no sólo perpetúa el control humano (normativo) sobre la vida animal, sino que también restringe las posibilidades de imaginar otras formas de convivencia interdependiente y solidaria que trasciendan las categorías de "capacidad" y "normalidad".
Asimismo, este volumen propone que un abordaje de dichas problemáticas no sólo debe detenerse en las formas en que la inscripción de lo animal se entrama con las jerarquías de ciertas construcciones de lo humano, sino que también debe reflexionarse sobre el modo en que las nociones de precariedad e interdependencia pueden ser instancias que permitan concebir otros modos de lo común que desplacen los discursos normativos alrededor de lo Humano. Como sugiere Anna Tsing (2015), la precariedad, lejos de ser únicamente una condición de vulnerabilidad, puede constituir un espacio de encuentros y posibilidades que desafíen las lógicas jerárquicas y normativas del capitalismo global. De forma similar, Sunaura Taylor (2017) destaca cómo las experiencias compartidas de dependencia y vulnerabilidad entre los cuerpos discapacitados, humanos y no humanos, pueden abrir caminos hacia una ética interdependiente que cuestione las nociones capacitistas y especistas de valor y autonomía. O, como también sugiere Diana Vite (2020), pensar a la fragilidad como práctica política. Mientras que los marcos éticos tradicionales suelen basarse en alguna capacidad Humana para delimitar el criterio de pertenencia comunitaria, los estudios críticos animales, los poshumanismos, la teoría crip y los estudios de la discapacidad parten de la vulnerabilidad y la interdependencia. De esta manera, resulta clave pensar de qué modo la vulnerabilidad animal compartida puede ser una condición para imaginar la coexistencia, en lugar de la noción abstracta de “lo humano”.
Invitamos a investigadorxs, artistas, activistas y escritorxs a contribuir a este dossier con propuestas que amplíen y enriquezcan el diálogo entre estudios críticos animales, posthumanismo, teoría crip y estudios críticos en discapacidad. Este espacio busca cuestionar las normatividades capacitistas, especistas y humanistas a través de contribuciones que desestabilicen jerarquías y abran posibilidades para imaginar otros modos de existir y resistir. Buscamos ensayos y artículos académicos que exploren estas intersecciones desde perspectivas críticas y subversivas, informes de investigación que propongan lecturas disruptivas, entrevistas que tensionen los marcos establecidos, obras de arte que encarnen la potencia de los cuerpos disidentes, reseñas que nos acerquen a publicaciones clave, y traducciones que hagan accesibles textos fundamentales para este campo. Este es un llamado a pensar y crear, desde lo plural y lo precario, formas de habitar el mundo que desarmen las lógicas de exclusión y opresión. ¡Esperamos sus propuestas!
- Las personas interesadas en publicar en este dossier pueden enviar sus contribuciones en las siguientes secciones: (1) Ensayos y Artículos; (2) Informes de Investigación; (3) Entrevistas; (4) Arte; (5) Reseñas y (6) Traducciones.
- Fecha límite para el envío de contribuciones: 15 de abril de 2025.
- Normas editoriales: https://revistaleca.org/index.php/leca/about/submissions.
- Nota: Solo aceptaremos envíos que respeten las directrices editoriales de nuestra revista y se adecúen a la temática del mismo. Las contribuciones deben ser enviadas a través del sistema OJS: https://revistaleca.org/index.php/leca/login.
- Publicación prevista del número: junio de 2025.
Coordinadores del número: Anahí Gabriela González, Martina Davidson, Cassiana Lopes Stephan, Berenice Vargas García y Andrés Padilla Ramírez
[1] El cuerdismo se refiere al conjunto de normas sociales, culturales e institucionales que privilegian las características asociadas a un cuerpo y mente "cuerdos", es decir, aquellas que cumplen con los estándares de funcionalidad, racionalidad y estabilidad definidos por la modernidad occidental. Este término, desarrollado en el marco de los estudios críticos de la discapacidad y la teoría crip, crítica cómo estas normas excluyen, patologizan y oprimen a quienes son considerados "locos", neurodivergentes o psico-diversos, reforzando una lógica capacitista - que, como marcamos aquí, se entrelaza con el especismo y otras formas de opresión.